Abandonemos de una maldita vez
el hábito de la derrota, esa tendencia romántica a convertirse en
perdedor. Procuremos que nuestros sueños no queden olvidados en el
rincón de lo imposible y manchémonos las manos con la responsabilidad de
alcanzar la utopía...
...de ganar la batalla.
Ismael Serrano
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